sábado, 3 de marzo de 2012

HABRÉ YO ... PERO ...


Habrán mis manos recorrido kilómetros de piel,
pero de los centímetros de tu piel,
jamás me olvidaré.
Habrá mi cuerpo vibrado en otro cuerpo,
pero de tu cuerpo jamás me olvidaré.
Habrán mis labios temblado
bajo el calor de otros labios,
pero de tus labios, jamás me olvidaré.
Habrá mi piel gritado de deseos bajo otra piel,
pero de los deseos que me inspiraste,
jamás me olvidaré.
Y no me olvidaré,
porque los centímetros de piel más dignamente recorridos,
fueron los tuyos;
porque en cualquier cuerpo,
donde antes yo vibré,
sólo hubo interés;
porque no hubo labios más frescos que los tuyos,
porque mi piel,
jamás vibró bajo otra piel.
Tú podrás decir...
que no me amabas tanto como yo,
pero no te podrás negar,
lo que conmigo tu piel sintió.
Podrás olvidar de mí,
todo cuanto quieras,
pero no olvidarás
que pasaste por mi rivera;
aunque pudieras, nunca olvidarás,
que bebiste de mis aguas,
por sucias que ahora te parecieran.
Podrás decir
que todo es mentira,
que nada es verdad,
pero tu mente recordará
que te sumergías en mis aguas,
para dejarte acariciar.
Podrás decir
que no conoces mi desnudez,
pero a tu esencia no le podrás negar,
que con mi desnudez alguna vez te cobijé.
Quizás mañana digas
que nunca me has tenido,
pero no olvidarás que alguna vez,
tu mano acarició mi piel de trigo.
Podré yo mirar otros días,
pero los días que compartimos,
jamás los olvidaría.
Podrán ofrecerme entregas más satisfactorias
a las que tú me pedías,
pero así muera de pasión en esos momentos,
las tuyas jamás las olvidaría.
Podrán quererme como jamás se ha querido,
pero donde yo esté, estarás conmigo.
Jamás habrá entrega más grata que la tuya,
porque cada entrega,
era un motivo más que nos unía.
No habrá recompensa más grande para una entrega,
que para mí observar la paz del rostro tuyo,
no creo que hayan dos manos
más suaves y tiernas que las tuyas.
No creo en el amor que alguien me inspire después de ti.
quizás no merezcas tanto amor,
quizás te saturo con tanta pasión,
pero así te lo prometí, entre gotas de sangre,
ante mi propio yo.
No permitiré que en mi muera el amor,
porque yo soy su ángel, su gran protector.
Tú podrás decir...y perderte en la noche silenciosa,
pero el ruido del mar,
también hará que me recuerdes,
porque yo soy agua, viento, luz y espuma;
porque yo soy amor,
porque soy una sombra...

Autora: Rakel Rengifo 








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