Habrán mis manos recorrido kilómetros de piel,
pero de los
centímetros de tu piel,
jamás me olvidaré.
Habrá mi cuerpo
vibrado en otro cuerpo,
pero de tu cuerpo jamás
me olvidaré.
Habrán mis labios
temblado
bajo el calor de
otros labios,
pero de tus labios,
jamás me olvidaré.
Habrá mi piel
gritado de deseos bajo otra piel,
pero de los deseos
que me inspiraste,
jamás me olvidaré.
Y no me olvidaré,
porque los centímetros
de piel más dignamente recorridos,
fueron los tuyos;
porque en
cualquier cuerpo,
donde antes yo
vibré,
sólo hubo interés;
porque no hubo
labios más frescos que los tuyos,
porque mi piel,
jamás vibró bajo
otra piel.
Tú podrás decir...
que no me amabas
tanto como yo,
pero no te podrás negar,
lo que conmigo tu
piel sintió.
Podrás olvidar de mí,
todo cuanto
quieras,
pero no olvidarás
que pasaste por mi
rivera;
aunque pudieras,
nunca olvidarás,
que bebiste de mis
aguas,
por sucias que
ahora te parecieran.
Podrás decir
que todo es mentira,
que nada es
verdad,
pero tu mente recordará
que te sumergías en mis aguas,
para dejarte
acariciar.
Podrás decir
que no conoces mi desnudez,
pero a tu esencia
no le podrás negar,
que con mi
desnudez alguna vez te cobijé.
Quizás mañana
digas
que nunca me has
tenido,
pero no olvidarás
que alguna vez,
tu mano acarició
mi piel de trigo.
Podré yo mirar
otros días,
pero los días que
compartimos,
jamás los
olvidaría.
Podrán ofrecerme
entregas más satisfactorias
a las que tú me
pedías,
pero así muera de
pasión en esos momentos,
las tuyas jamás
las olvidaría.
Podrán quererme
como jamás se ha querido,
pero donde yo
esté, estarás conmigo.
Jamás habrá
entrega más grata que la tuya,
porque cada
entrega,
era un motivo más
que nos unía.
No habrá
recompensa más grande para una entrega,
que para mí
observar la paz del rostro tuyo,
no creo que hayan
dos manos
más suaves y
tiernas que las tuyas.
No creo en el amor
que alguien me inspire después de ti.
quizás no merezcas
tanto amor,
quizás te saturo
con tanta pasión,
pero así te lo
prometí, entre gotas de sangre,
ante mi propio yo.
No permitiré que
en mi muera el amor,
porque yo soy su
ángel, su gran protector.
Tú podrás decir...y
perderte en la noche silenciosa,
pero el ruido del
mar,
también hará que
me recuerdes,
porque yo soy agua,
viento, luz y espuma;
porque yo soy
amor,
porque soy una
sombra...
Autora: Rakel
Rengifo
No hay comentarios:
Publicar un comentario